Aunque sea mentira

Mejor no hablar. No me pidas nunca que te hable en serio. Corres el riesgo de escuchar cosas que quizá no quieras oír. Te contaría mis viajes en tren pensando en ti, escuchando a Fito, más bien rayando a Fito. Que cuando llegaba a determinada canción se me rompía el corazón en mil pedazos, que me venía abajo, que así empezaba mis días, llorando por ti. ¿Eso es lo que quieres que te cuente? No, ¿verdad? Pues eso. Nunca me pidas que sea sincera. Haremos un pacto, ¿vale? Tú haz como que no lo sabes, y yo lo seguiré negando, quizá así consiga que desaparezca, como si nunca hubiera pasado. Aunque sea mentira.

Puñaladas

Cuando uno ama de verdad no hay lugar al orgullo, a la vergüenza, al egoísmo... He dicho cuando se ama de verdad. Cuando quieres a alguien hasta reventar no te importa el qué dirán, el hacer el ridículo mil veces, el discutir con esa persona, sólo la ves a ella, no hay nadie más. Ese amor puro, ese con el que dicen que se sienten mariposas en el estómago, yo diría más bien que es como una montaña rusa que se pone en marcha cada vez que la miras, que te habla, que te toca... Pero cuando no es un amor sincero, que sólo es atracción física, o es un amor con trabas, trabas que se crea uno mismo... entonces es doloroso, espinoso, sin sentido, maligno. Ese tipo de amor puede doler más que una puñalada. ¿Cuántas veces voy a permitir que me hagas daño? ¿Cuántas puñaladas soy capaz de soportar?