Esas gotas que colman los vasos

Es como si una losa enorme y pesada estuviera suspendida encima de mi cabeza, esa cabeza que tantos disgustos me da. ¿Por qué demonios no caes de una vez? Otras veces es como un aprisionamiento en el pecho que no me deja respirar, parece que me ahoga. Encima un comentario estúpido, ya nada puede ir peor. La verdad es que en el fondo me fastidia, porque es ya un comentario (estúpido) muy trillado ya. Me lo han dicho ya muchas veces (y las que me quedan) y estoy hasta el moño de él, y de similares. Para ti es fácil, claro, tú vives muy feliz en tu estupidez y sólo hablas para decir payasadas, encima te ríen las "supuestas gracias". Pero no te preocupes, no voy a perder más tiempo con tus tontadas. Es sólo que a veces un insignificante comentario de una persona insignificante puede ser la gota que colma el vaso. Pero no me voy a despedir sin antes desearte que te jodan bien, porque gracias a ti mi vida es un poco más jodida.

Porque si no creo en eso no creo en nada

Deseo tanto que haya algo después de este sinsentido... No concibo la vida sin un después, llámese como se quiera. Quizá porque deseo tanto encontrarme contigo de nuevo, porque nos faltó tiempo, mucho tiempo. Te nos fuiste muy pronto Juan. Confío en que me escuches cuando te hablo, que sepas lo tantísimo que te tengo en cuenta en mi vida. Siempre estás presente en casa. Me enfado tanto a veces, diciendo: porqué te tuvo que pasar a ti, a nosotros. Pero eso no me lleva a ninguna parte, ¿sabes? No me sirve de nada, no gano nada con enfadarme con este puto mundo.
Creo, o necesito creer que te volveré a ver, y no sólo en mi imaginación o en mis sueños. Necesito que exista algo más que lo que puedo ver y tocar ahora mismo, porque si no creo en eso, no creo en nada.

"Extraña"

Extraña es el adjetivo que la describe. Siempre se siente una extraña, es como si por alguna puta broma pesada del destino ella estuviera condenada a no encajar, a sentirse un bicho raro. Su vida es como un bucle, no avanza, las cosas siempre se repiten. Le gusta ser distinta pero hasta cierto punto. La mayoría del tiempo es como si fuese un extraterrestre que se ha quedado extraviado en este planeta, deseando y esperando que lo rescaten, y mientras tiene que convivir con los humanos.

Sueño extraño

Había sido un día lluvioso, con una niebla densa, y hacía frío. Llegó la noche y se dirigió hacia el bosque, parecía como si le llamara. Se había despertado en plena noche, sudorosa, de un sobresalto, después de tener un sueño muy vívido, como muy real, cuando no podrías asegurar que lo que sucedió en el sueño no sucedió en realidad.

Como una autómata se adentró en las profundidades de aquel bosque. Hasta entonces no había sentido el frío punzante que erizó todo su cuerpo, iba en camisón y caía una ligera lluvia, la misma niebla de todo el día. Entonces se movieron unas ramas y se sobresaltó, se le pusieron los pelos de punta. Por aquel entonces se dio cuenta de lo absurdo de la situación, pero no podía marcharse, algo se lo impedía. De pronto se vio como flotando en el aire, y sintió una paz indescriptible, el frío desapareció y el miedo, estaba en el paraíso.

Entonces empezó a escuchar levemente su nombre de una voz que le pareció familiar. Al principio no le dio importancia, pero a cada instante se escuchaba más alto, alguien la llamaba desesperadamente.

Dio un respingo y balbuceando algo se incorporó violentamente de la cama. A su lado su perro Sammy le lamía la cara, la cuidaba. Había sido la misma pesadilla que tenía desde hacía cinco años, desde que vivía en aquella casa. A Anna la inquietaba sobremanera, había probado calmantes para intentar descansar y no tener ese extraño sueño, pero no le funcionaron y acabó dejándolas.

Por alguna extraña razón estaba condenada a adentrarse en un extraño y sombrío bosque muerta de miedo, para seguidamente levitar hasta que Sammy preocupado por su amiga, la despertará a lametones.

A pesar de todo adoro esa sensación de nervios, de indefensión total hacia alguien que te acaba de robar el corazón, esos flechazos con desconocidos que le dan emoción a la vida.
Miradas que lo dicen todo, conversaciones aparentemente supérfluas que esconden quizás mucho más. Y cientos de: "y si..." Y si le hubiera conocidos antes... Y si en vez de ésto le hubiera dicho ésto otro... ¿Sintió lo que yo?
Fueron sólo cinco minutos, ¡pero vaya cinco minutos! Se puede vivir más en cinco minutos que en toda una vida.